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Prevalencia de cojeras en vacas de 50 rebaños lecheros del sur de Chile (página 2)



Partes: 1, 2

 

MATERIAL Y MÉTODOS

Se estudiaron 50 rebaños lecheros de la
Décima Región. Los rebaños variaron en
tamaño (70-380 vacas masa) y en su localización
geográfica, 17 granjas en la provincia de Valdivia, 17 en
la provincia de Osorno y 16 en la provincia de
Llanquihue.

La selección
de los rebaños fue por conveniencia, para esto se
consideró la ubicación geográfica de los
predios en cada provincia, la facilidad de acceso a estos, el
interés
de los propietarios por participar y el número de animales en
ordeña. Se privilegió a aquellos rebaños que
tenían entre 100 y 300 vacas en ordeña. La
colaboración de los propietarios fue solicitada a
través de sus veterinarios asesores, a los cuales se les
envió una carta o se les
contactó telefónicamente, explicándole el
objetivo del
trabajo. Las
lecherías fueron visitadas por una sola vez durante el
estudio, de acuerdo a un programa de
visitas establecido de común acuerdo con el propietario o
encargado del predio y el veterinario asesor, durante el
período de abril de 2003 y julio de 2003.

El tamaño muestral fue determinado con una
prevalencia esperada de un 10%, un nivel de confianza de un 95% y
una precisión de un 5%.

Durante la visita se inspeccionaron todas las vacas en
ordeña (n = 7501), para determinar la presencia de alguna
de ellas con una claudicación de alguno de los miembros.
El grado de claudicación se clasificó de acuerdo al
arqueamiento del lomo del animal y al grado de apoyo de dicho
miembro al desplazamiento y a la estación. Las vacas que
presentaban algún grado de claudicación fueron
separadas del rebaño e introducidas al brete de examen de
pezuñas, cuando éste existía en el predio, y
sometidas a un examen clínico de cada uno de sus miembros
para diagnosticar el tipo de lesión presente.

El método
para determinar el grado de claudicación de la vaca se
basó en la pauta descrita por Sprecher y col
(1996):

• Claudicación de Grado 1: la vaca se
encontraba parada normalmente, pero arqueaba el lomo al caminar.
La vaca presenta una claudicación apenas perceptible al
desplazarse y trata de disminuir la fuerza de
apoyo con el miembro afectado.

• Claudicación de Grado 2: la vaca al estar
parada o caminando arqueaba el lomo, lo que interpretamos como
una claudicación evidente. La disminución de la
fuerza de apoyo se hace más evidente, demostrando una
claudicación manifiesta al desplazamiento.

• Claudicación de Grado 3: existe dificultad
para caminar, y la vaca intenta no apoyar el miembro afectado. Es
una claudicación grave. El animal prácticamente no
apoya el miembro afectado y se le dificulta el movimiento.

• Claudicación de Grado 4: es una
claudicación severa. La vaca rehúsa levantarse o
caminar por iniciativa propia y prefiere el
decúbito.

Los hallazgos fueron registrados en una ficha individual
en la que se incluían los datos del
propietario, del predio, la fecha de visita, el número del
arete de la vaca examinada, el grado de claudicación, el
miembro y pezuña afectada, el tipo de lesión
encontrada y la ubicación de la lesión.

Para una mejor clasificación de las lesiones y
disminuir el número de diagnósticos, éstas
se agruparon de acuerdo a la zona de la pezuña que
afectaban. Así, por ejemplo, las lesiones de la muralla
incluye alteraciones como son: fisura vertical, fisura
horizontal, desprendimiento de muralla y la herida de muralla.
Las alteraciones crónicas de la pezuña incluyen la
pezuña en tijera, pezuña en zapatilla,
pezuña en tirabuzón, pezuña larga y
laminitis.

Los datos registrados en la ficha individual se
ingresaron como variables
numéricas a una planilla Microsoft®
Excel XP. Se
determinó la prevalencia predial de vacas cojas. La
prevalencia promedio total se calculó como el promedio de
las prevalencias prediales. También, se determinó
la prevalencia de las distintas patologías en los predios
visitados. Para el análisis estadístico de los datos se
utilizó el programa estadístico SPSS 8.0. Los
resultados se presentan en forma de cuadros y figuras.

RESULTADOS

La prevalencia promedio total de vacas cojas en los 50
rebaños lecheros fue de un 9,1%. En la figura 1 se observa
que las prevalencias provinciales están en el rango de 6,4
a 10,3%, siendo más alta en la provincia de Llanquihue y
la más baja en la provincia de Osorno.  

FIGURA 1. Distribución de la prevalencia
promedio provincial y total de vacas cojas en 50
lecherías de la Xa Región.

Distribution of the mean prevalence for province
and mean total prevalence of lame cows from 50 dairy
farms in the Xth Region, Chile.

 Las prevalencias prediales para cada provincia
tuvieron valores
amplios, encontrándose en la provincia de Valdivia valores
que fueron desde un 1,1% a 36,1%. En Osorno estos valores
estuvieron entre 1% y un 17,9% y en Llanquihue entre un 2% y un
21%.

La figura 2 presenta las lesiones podales diagnosticadas
en el total de vacas examinadas en este estudio. Se puede
observar que las cuatro lesiones más frecuentes en la
Décima Región fueron las deformaciones
crónicas de la pezuña (figura 4), las lesiones de
la línea blanca (figura 5), lesiones de la muralla (figura
6) y doble suela (figura 7). En el ítem Otras, se
agruparon aquellas patologías con una prevalencia ≤ 4%
como lesión traumática de la suela que no afectaba
la línea blanca (3,8%), absceso de rodete coronario
(3,7%), callo interdigital (3,7%), erosión de
talón (3,4%), lesiones por sobre el rodete coronario
(1,9%), absceso de tercera falange (1,1%), foot-rot (1%), dedo
amputado (0,2%) y fístula plantar (0,2%).

FIGURA 2. Prevalencia
de las lesiones podales en vacas de 50 rebaños
lecheros de la X Región.

Prevalence of the different lesions causing
lameness in cows from 50 dairy farms in the Xth Region,
Chile.

 El grado 1 de claudicación fue el
más frecuentemente diagnosticado (figura 3). Cabe
señalar que el 14,7% de las vacas presentaron grados de
claudicación igual o superior a 3 el día de la
visita al predio.

 

FIGURA 3.
Distribución de los grados de claudicación
en vacas cojas de 50 lecherías de la décima
región.

Distribution of the locomotion scores in lame
cows from 50 dairy farms in the Xth Región,
Chile.

En el cuadro 1 se observa que en aquellas vacas cojas el
día de la visita, la pezuña más afectada fue
la pezuña lateral del miembro posterior derecho, seguida
de la pezuña lateral del miembro posterior izquierdo con
un 27% y 25,8%, respectivamente.

DISCUSIÓN

Hasta donde es de conocimiento
de los autores éste es el primer estudio publicado en
Chile sobre prevalencia de lesiones podales, que considera este
número de rebaños visitados y vacas examinadas.
Ebert y Araya (1970), Delpin (1985) y Vidal (1986) llevaron a
cabo estudios referentes al tema con menor cantidad de predios o
vacas.

CUADRO 1.
Distribución de las cojeras de acuerdo al dedo y
miembro afectado.

Distribution of lameness according to the claws
and limbs affected.

Pezuña
Lateral

Pezuña
Medial

Espacio
Interdigital

Total por
Miembro

Miem. Ant.
Der.

Frecuencia
Porcentaje

47
4.7%

54
5.4%

6
0.6%

107
10.7%

Miem. Ant. Iz.

Frecuencia
Porcentaje

28
2.8%

42
4.2%

2
0.2%

72
7.2%

Miem. Post. Der.

Frecuencia
Porcentaje

269
27%

106
10.6%

61
6.1%

436
43.7%

Miem. Post. Iz.

Frecuencia
Porcentaje

257
25.8%

88
8.8%

38
3.8%

383
38.4%

La prevalencia total encontrada de 9,1% difiere con lo
publicado por Delpin (1985) y Vidal (1986), los cuales
señalaron prevalencias de un 35% a 45%, esto podría
deberse a que esos estudios tuvieron un diseño
distinto para la recolección
de datos. En el estudio de Delpin (1985), se examinaron
especímenes de matadero, por lo que, probablemente, muchos
de los miembros examinados pertenecían a animales
descartados por algún problema, entre ellos los podales.
La prevalencia del presente estudio es similar a la descrita por
Ebert y Araya (1970) que encontraron que un 11% de las hembras
bovinas ingresadas al Hospital Clínico Veterinario de la
Universidad
Austral de Chile presentaban alguna alteración podal.
Existen numerosos estudios de prevalencia de cojeras en
países desarrollados que entregan diferentes porcentajes
de acuerdo a la extensión del estudio o región
geográfica estudiada. En Estados Unidos
algunos trabajos describen prevalencias semejantes a la
encontrada en este estudio; Greenough y col (1997) que
señala un 16,7% de las vacas cojas en el período
invernal, Wells y col (1993) y Warnick y col (1995)
señalan prevalencias entre un 8 a un 15%. La prevalencia
de nuestro estudio es inferior a la descrita por Greenough y
Acuña (2002) en Uruguay (40%),
pero similar a la descrita por los mismos autores para Alemania y
Argentina con un 7,9% y un 13%, respectivamente, y a la descrita
por Cagienard (1973) y Dewes (1978) de un 7%, para Australia y
Nueva Zelanda. Por otra parte, el 9,14% encontrado en nuestro
país es superior al descrito por Greenough y col (1997)
para Japón,
Israel y Holanda
con una prevalencia entre un 1,2% y un 5%. Por lo contrario,
Clarkson y col (1996) señalan una prevalencia en Inglaterra de un
(20%), muy superior a la del presente estudio. Bargai (2000)
describe prevalencias del orden 5 a 60% para el Reino Unido.
Hernández y col (2001 y 2002) señalan prevalencias
de 30 a 31% para Estados Unidos. De acuerdo a nuestros
resultados, la prevalencia de cojeras no estaría
influenciada por la ubicación geográfica de los
predios, dentro de la Décima Región.

La lesión más comúnmente observada
fue la Alteración Crónica de la Pezuña. El
número de casos de esta patología corresponde al
19,8% del total de lesiones encontradas en el estudio. Esta
prevalencia es menor a la encontrada por Vidal (1986), quien para
el conjunto de lesiones antes descritas entrega una prevalencia
cercana al 45%. Otros autores señalan, sólo para
laminitis y pezuña en tijera, prevalencias del orden de 3
a 5% (Baggot 1982, Greenough 2001). Un aspecto involucrado en la
presentación de esta patología podría ser
los desórdenes nutricionales a los que se ve enfrentada la
vaca durante su vida productiva, ya que, tal como señala
Chandler (1992) las alteraciones crónicas de la
pezuña podrían deberse a laminitis crónicas.
Las alteraciones crónicas encontradas también
pueden reflejar poca preocupación de los encargados o del
propietario de la lechería en el cuidado rutinario de la
pezuña. En la mayoría de las granjas sólo se
trataban las vacas que presentaban cojeras clínicas. Sin
embargo, en algunos predios se hacía un despalme
correctivo a las vacas por lo menos una vez al año, cuando
comenzaban el período seco. De acuerdo con Greenough y col
(1996), esta patología se presenta con mayor frecuencia en
vacas de más de cuatro años de edad, producto de
desórdenes nutricionales que sufre la vaca durante su vida
productiva. Por otro lado, Van Amstel y Shearer (2001),
señalan que estas alteraciones tienen una causa
multifactorial, pero las condiciones de estabulación
juegan un rol fundamental. También, la superficie en donde
se desplaza la vaca tiene un efecto en la calidad de la
pezuña, lo que está determinado por las condiciones
de estabulación (Petersen y Nelson 1984).

La segunda lesión en importancia fueron las
Lesiones de la Línea Blanca (15,9%). Esto concuerda con lo
señalado por Harris y col (1988) y Tranter y Morris
(1991), que señalan que durante el período
invernal, en las zonas de alta pluviosidad de Australia y Nueva
Zelanda, la enfermedad de la línea blanca es una de las
lesiones con más alta prevalencia, al igual que la
contusión solear, que en este estudio ocupó el
séptimo lugar en importancia con un 4,8% (figura 2). Sin
embargo, Collick y col (1997) describen para Australia y Nueva
Zelanda una prevalencia de 39%, mayor a la encontrada en este
estudio. La prevalencia obtenida en este estudio es similar a la
encontrada por Russell y Rowlands (1982) y Baggott (1982), los
cuales describen prevalencias para lesiones de la línea
blanca de 15,6% y 20% para el Reino Unido. Collick y col (1997)
describen prevalencias similares para Canadá y Francia, 12% y
20%, respectivamente. Otros trabajos ingleses señalan
prevalencias de un 29% (Murray y col 1996, Shearer 1998,
Kossaibati y Esslemont 2000).

Las Lesiones de la Muralla constituyeron la tercera
patología con más alta prevalencia en este estudio.
La prevalencia de esta alteración en los 50 predios
visitados de las provincias de Valdivia, Osorno y Llanquihue fue
de un 10,9%, la cual es más baja a la descrita por
Greenough (2001) en Canadá, que describe una prevalencia
entre 17% hasta un 100%. Greenough (2001) concuerda con Collick y
col (1997) en la variabilidad de los rangos de prevalencia para
la patología. Vidal (1986), en un estudio hecho en tres
lecherías de la Universidad Austral de Chile,
encontró una prevalencia de un 6%. Esto se podría
deber a que esta patología se presenta, entre otras cosas,
por desórdenes nutricionales (laminitis, deficiencias de
minerales,
etc.), los que se producirían en la primera lactancia de
la vaca y se prolongarían hasta la siguiente lactancia
(Greenough 2001). Según Greenough (2001), esta enfermedad
puede ser provocada por enfermedades
sistémicas, estrés o
desórdenes nutricionales, lo que podría explicar la
mayor presentación de esta patología en animales
jóvenes ya que éstos son sometidos a un cambio de
alimentación al entrar a la vida
productiva. Tarlton y col (2002), en un estudio en vaquillas de
primer parto,
demostraron el efecto de los cambios metabólicos asociados
al parto y comienzo de la lactancia sobre la estructura y
rigidez del aparato suspensorio dentro del casco, lo que
incrementa la susceptibilidad de éste a influencias
externas.

La patología denominada Doble Suela
constituyó la cuarta patología con más alta
prevalencia en los 50 predios lecheros estudiados (10%).
Greenough (2002) señala que esta patología se
produce debido a que el tejido que produce el estrato
córneo de la suela cesa de funcionar por un período
corto, cuando se renueva la producción se forma una suela nueva debajo
de la vieja, quedando un espacio entre ambas. Esta enfermedad
está causada por cambios bruscos, y de corta
duración en la nutrición. Esta
prevalencia es más alta que la descrita por Vidal (1986),
el cual, en un estudio realizado en tres lecherías de la
provincia de Valdivia, describió una prevalencia de 0,5%
para esta patología. Sin embargo, el resultado del
presente estudio concuerda con lo descrito por autores
extranjeros que señalan que las lesiones soleares son la
causa más común de cojeras en las zonas con alta
pluviosidad (Harris y col 1988, Tranter y Morris
1991).

En la literatura se describen
algunas patologías que tienen una alta prevalencia, lo que
no concuerda con los resultados obtenidos en este trabajo, tal es
el caso de la erosión de talón,
describiéndose en la literatura una prevalencia de 9%
(Baggott 1982), en tanto este estudio arrojó una
prevalencia de 3,4%. En el caso del Foot-rot, la literatura
describe prevalencias de 16 a 18% (Russell y Rowlands 1982,
Münzenmayer 1997), mientras que en este estudio se
encontró una prevalencia de 1%. Esto podría deberse
a que el manejo de las vacas en los rebaños estudiados y
las características ambientales no satisfacen las
necesidades de los agentes involucrados en estas enfermedades,
sobre todo en el caso del Foot-rot. En el caso del callo
interdigital, la prevalencia encontrada en este estudio concuerda
con la señalada por la literatura, la que es de alrededor
de 4% (Vidal 1986, Collick y col 1997).

Con respecto a la gravedad de las lesiones encontradas,
un 53,4% tuvieron una claudicación de grado 1, lo que
representa una claudicación leve, y el otro 46,6%
presentó cojeras de grado 2 a 4, lo que representa una
claudicación moderada a grave, esto impide a las vacas
desarrollar su actividad productiva con normalidad. Este aspecto
es importante desde el punto de vista del bienestar animal porque
demuestra que no existe una preocupación por la vaca coja
hasta que esta cojera clínica es muy notoria. De esta
forma, al momento de tratar la vaca ya ha disminuido su
producción de leche y
además ha sufrido un estrés importante, producto
del dolor. Un bovino que presente alguna afección podal,
por leve que esta sea, no estará completamente capacitado
para desplazarse libre y cómodamente y así
seleccionar su alimento, en el supuesto que se encuentre a
pastoreo, o competir por él en caso de permanecer en
confinamiento (Münzenmayer 1997). Rehbun y col (1980)
determinaron que las vacas con cojeras crónicas permanecen
la mayor parte del tiempo
echadas, pierden peso y disminuyen la producción de leche
entre un 20% a un 50%, además de los problemas
relacionados con la falla en la detección de estros. En
condiciones extremas una vaca puede reducir su consumo de
alimento y agua para
evitar dolor durante su desplazamiento (Greenough y col 1997). La
disminución en la producción de leche comienza
antes de que la cojera sea detectada clínicamente y se
mantiene por varios meses posterior al tratamiento de la vaca
(Green y col 2002). Por estos motivos es importante detectar y
tratar a las vacas cojas lo más temprano posible, para
así evitar los perjuicios anteriormente
descritos.

Nuestros resultados concuerdan con Russell y col (1982),
Enevoldsen y Gröhn (1990), Tranter y Morris (1991),
Fitzgerald y col (2000) y O’Callaghan (2002), en el sentido
que los miembros posteriores son los más afectados con un
82%. Vidal (1986) también encontró que los miembros
posteriores fueron los más afectados; pero en un
porcentaje más bajo: 62,4% para los miembros posteriores y
un 37,6% para los miembros anteriores.

Podemos concluir que la prevalencia de cojeras en los
rebaños estudiados fue menor a la reportada en estudios
realizados anteriormente en nuestro país. Sin embargo,
está dentro de los rangos medios
entregados por la literatura. Las cuatro patologías
más prevalentes fueron las alteraciones crónicas de
la pezuña, lesiones de la línea blanca, lesiones de
la muralla y doble suela. Un porcentaje importante de las vacas
presentaban cojeras grado 3 o 4, lo que indica una
claudicación severa, lo que comprometería su
bienestar.

De acuerdo a los resultados de este estudio sería
necesario educar a los ganaderos para que le asignen la
importancia que realmente tienen las patologías podales en
la producción y bienestar animal. Sobre todo considerando
las nuevas exigencias que se impondrán en el futuro para
poder
comercializar nuestros productos en
mercados
más exigentes.

FIGURA 4. Deformaciones
Crónicas de la Uña.

Chronic deformities of the claw.

FIGURA 5. Lesión
de la Línea Blanca.

White line disease.

FIGURA 6. Lesiones de
la Muralla de la Pezuña.

Lesions of the wall.

FIGURA 7. Doble
Suela.

Double sole.

FIGURA 8. Dermatitis Digital.

Digital Dermatitis.

FIGURA 9. Dermatitis
Interdigital.

Interdigital Dermatitis.

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Wells SJ, AM Trent, WE Marsh, RA Robinson. 1993.
Prevalence and severity of lameness in lactating dairy cows in a
sample of Minnesota and Wisconsin herds. J
Dairy Sci 202, 78-82.

N A Tadich1, E Hettich1, G van
Schaik2.
1 Instituto de Ciencias
Clínicas Veterinarias, Fac. Ciencias Veterinarias,
Universidad Austral de Chile.
2 Instituto de Medicina Preventiva, Fac. Ciencias
Veterinarias, Universidad Austral de Chile.

Partes: 1, 2
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